Gustavo A. Jiménez Barboza
Uno de los principales retos que tiene la investigación en los actuales momentos de pandemia provocada por el Covid-19 es ¿de qué manera se hace investigación con personas? Esta pregunta aún se hace más compleja cuando estás personas generalmente se analizan en grupos, como suele hacerse en educación cuando se trabaja en centros educativos. La mayoría de investigación social y en educación se ha realizado históricamente in situ, aunque ya se venían realizando algunos intentos por investigación de redes sociales o de archivo por parte de disciplinas de las ciencias sociales y las humanidades. Estas experiencias aportan a nuevas formas de realizar investigación en situaciones en las que es casi imposible estar presencial y sincrónicamente con las personas que forman parte de nuestro objeto de estudio, pero tienen el problema de no lograr profundizar en la cotidianidad de las personas y en lo que eso puede aportar a nuestro análisis.
Esta situación se complejiza más cuando nuestros sujetos de investigación corresponden a niños en edades tempranas, que poco no utilizan de forma instrumental herramientas tecnológicas basadas en comunicación como lo son las redes sociales. Sin embargo, hay que recordar que mucha de la investigación en educación de esta población ya estaba basada en información que obtenemos de sus familiares, docentes u otras personas encargados de ellos y ellas. Además, que estudiamos sus contextos sociales, económicos, culturales y educativos, espacios que si son posibles de registrar mediante herramientas tecnológicas y documentales. En este sentido, el texto de Escribano (2017) sobre el registro de las experiencias cotidianas mediante la plataforma WhatsApp, si bien no está centrada en la primera infancia, nos da algunas pistas para abordar la investigación con una vigilancia epistemológica, con una visión crítica y con valores hermenéuticos, lo cual puede ayudar a generar propuestas para estudiar a la primera infancia, y en particular a la niñez temprana desde el registro de datos en esta herramienta. Algunos puntos interesantes mencionados por el autor son los siguientes:
- El WhatsApp es utilizado por las personas participantes de la investigación que realizan como una forma del habitar con otros.
- Mediante la herramienta es posible obtener experiencias cotidianas de las personas inmersas en nuestros procesos de investigación ("Miradas cotidianas")
- Un componente importante del experimento con la utilización de información capturada mediante el WhatsApp es la mayor posibilidad de observación de otros elementos poco disponibles en la presencialidad.
- Algunos elementos que se pueden registrar vía WhatsApp son enlaces de Facebook, audios con descripciones de situaciones, fotos, vídeos realizados con el celular o hallados en otros lugares, mensajes de Twitter, textos de WhatsApp y otros elementos.
- Un reto de la información que se coloca en ese medio es la volatilidad de la información, ya que las personas remplazan sus opiniones, o las pueden borrar después de ser registrado.
- Flujo de registro: existe un debate sobre el contagio emocional a partir de relaciones impersonales generadas en estos medios digitales (Kramer et al, 2015).
- Enmarcando lo real: en el celular tenemos un mundo a disposición, pero es solo eso, un mundo el cual percibimos desde nuestra experiencia subjetiva y capacidad de utilización de la herramienta, es trascendental acá la vigilancia epistemológica.
- Efecto microscopio: la información que se comparte puede mostrar una amplitud o información que se presenta como verdadera, pero es necesario realizar una revisión y verificación de la misma.
- La posibilidad de registro y sistematización de información observada en WhatsApp es muy amplia.
- El WhatsApp permite el acercamiento a diversos espacios y momentos de la realidad social, que son difíciles de captar por otras herramientas de investigación social.
El texto nos lleva a preguntarnos algunos elementos importantes para realizar investigación. ¿El registro que hacemos es desde la fidelidad de la información o desde la realidad de esta? ¿Es más importante la forma en qué se captura la información o la manera en que se edita? ¿De qué forma se hace una interpretación de lo que se vio y se registró?
En el marco de este foro me gustaría conocer sus opiniones sobre la lectura, así como sobre mis opiniones acá sintetizadas. ¿Cómo creen que esta herramienta puede ayudar a la investigación en niñez temprana? ¿Qué creen que se puede registrar para los temas de investigación que ustedes realizan? ¿Cómo la pondrían en práctica?
Scribano, A. (2017). Miradas cotidianas. El uso de WhatsApp como experiencia de investigación social. Revista Latinoamericana de Metodología de la Investigación Social, Nº13. Año 7, pp. 8-22. Enlace para acceder al documento.


Personalmente creo que en la investigación referente a la niñez temprana debemos tomar en cuenta diferentes actores como su comunidad, sus familias, docentes y otras personas cercanas. Las herramientas como Whatsapp pueden ser muy buenas para mantener la comunicación con estas personas. Por ejemplo, se pueden realizar llamadas para consultar detalles relevantes de la temática puntual que se trate, hacer grupos focales con familias para conocer su percepción sobre algo específico o bien seguir el proceso que se está observando en el niño o niña.
ResponderEliminarEn el caso puntual de mi temática de interés, considero que el hecho de poder contactar a las familias de esta manera más directa, cercana e inmediata puede permitirme conocer más a fondo sus problemáticas y necesidades. Probablemente me pueda dar información de las horas a las que pueden contestar mensajes, puedo recibir fotos de las actividades que hacen en sus familias o trabajo, entre otros aportes que quizá les podría dar pena o pereza compartir si se les pregunta de otra manera.