Milena Zamora Barquero
Hoy vengo a hablarles del Yoga, y a contarles acerca de cómo nos sirve para desarrollar y fortalecer los vínculos afectivos, la motora gruesa, y nuestra conexión con todo aquello que nos rodea.
La palabra Yoga viene del Sánscrito, y quiere decir Unión. Uno de sus principales propósitos es unir y armonizar la mente, el cuerpo y el espíritu. Se dice que los bebés nacen yoguis, ya que vienen al mundo vibrando en el presente y en una constante unión.
Para los niños y las niñas, el yoga es otra forma de jugar y de aprender sobre su cuerpo y su sabiduría interior.
Con los bebés se puede aprovechar el yoga para que la madre y/o el padre y el infante fortalezcan su vínculo, por medio de posturas en las que el adulto se conecta con él, le canta, lo mueve, y lo entretiene; todo mientras a su vez, se ejercita.
Con los niños un poco más grandes se puede integrar a diversos juegos, donde simultáneamente podrán aprender sobre su propio cuerpo y desarrollar su motricidad. Asimismo es una herramienta grandiosa para aprender a valorar el presente y para enseñarle a los niños a disfrutar de la calma y del silencio, tanto como disfrutan del juego.
Algunos beneficios de practicar yoga con los niños y niñas son:
Establece la confianza entre el infante y el adulto.
Se crea una comunicación no verbal entre los participantes.
Fortalece el tono muscular y se mejora la condición física.
Es sumamente entretenido y estimulante.
Enseña al niño a perder el miedo ante distintos retos y a confiar en sus capacidades.
Se aprende a valorar los momentos de calma y silencio, así como los momentos más movidos.
Tiene aspectos terapéuticos beneficiosos para los músculos y para la columna vertebral.

Yo no he podido tener la dicha de practicar yoga en mi diario vivir, pero las pocas veces que he tenido contacto he visto como en mi cuerpo y mi mente siento calma y tranquilidad, además de la confianza en mi instructora y en mí misma y como dices esto se va a ver transmitido en los niños desde edades tempranas
ResponderEliminarYo no he podido tener la dicha de practicar yoga en mi diario vivir, pero las pocas veces que he tenido contacto he visto como en mi cuerpo y mi mente siento calma y tranquilidad, además de la confianza en mi instructora y en mí misma y como dices esto se va a ver transmitido en los niños desde edades tempranas y en el resto de su vida
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