domingo, 4 de octubre de 2020

Un Cerebro Equilibrado

Daniela Ocampo Cruz

En el desarrollo del niño, es muy importante la formación de muchos aspectos y áreas que componen su integralidad, sin embargo el cerebro es uno de ellos que no se puede dejar de lado. Si bien es cierto, en este se da un proceso importante en el cual suceden las conexiones neuronales para el desarrollo de los  conocimientos proporcionados en el diario vivir; pero de acuerdo a Siegel y Payne en su libro El cerebro afirmativo del niño es de gran vitalidad enseñar tanto a docentes como a la familia, la capacidad de  formar un cerebro equilibrado en los infantes mediante la corregulación, es decir, "(…)apoyándolos mientras recuperan la compostura emocional y enseñándoles las habilidades que los ayudarán a permanecer en equilibrio y controlados con más facilidad en el futuro". (2018, p. 49). 

La normalidad es que todos los niños pierden el equilibrio emocional, aún más en el juego; no obstante ésta es una habilidad aprendida como bien se expone anteriormente, donde ya sea los encargados o maestros le brinden a los menores "una respuesta de su cerebro afirmativo centrada en ayudarlo a conseguir el equilibrio emocional, desarrollando nuevas habilidades para autocontrolarse" (Siegel y Payne, 2018, p. 49); que a decir verdad, un cerebro afirmativo no es sinónimo de ser permisivo. 

El ser humano presenta tres diferentes zonas en las que se puede encontrar con respecto a su estado de ánimo y las cuales definen el cerebro equilibrado del niño o la niña, según Siegel y Payne (2018, p. 57) son las siguientes: 

  • Zona Roja:  Estado de hiperexcitación, activando una respuesta de estrés agudo, en el cual evidencia aumento en las pulsaciones y una respiración agitada. Siente pánico, rabia, frustración o vergüenza. Su cerebro inferior toma el mando de sus emociones y de su organismo, por lo tanto de su conducta, obteniendo como resultado una rabieta o un ataque. 
  • Zona Verde: Cuando un niño se controla física y mentalmente, es decir, controla su comportamiento. Esta sereno, tranquilo y no pierde los estribos a pesar de estar enfrentándose a la adversidad. 
  • Zona Azul: El niño no responde a una situación negativa actuando, sino apagándose . La respuesta se da de diversos grados, por ejemplo algunos niños simplemente se retraen emocionalmente, se callan y se aíslan. Otros se apartan físicamente como también los que entran en un estado extremo de disociación, la cual hace referencia a una desconexión entre los sentimientos y pensamientos. 

 

A raíz de lo anterior, me parece importante exponer dicha información, puesto que demuestra a los adultos el valor de acompañar y guiar al infante con sus emociones y tratar de ir construyendo en él, un cerebro afirmativo donde a futuro pueda el o ella por su propia cuenta, responder ante los diversos acontecimientos, identificando la zona en la que se encuentra y utilizando las herramientas adecuadas para llevarlo a cabo. Esto con el objetivo de siempre regresar a la zona verde, cuyo estado de ánimo accederá a un desenvolvimiento pleno. 

Bibliografía: 

Siegel, D. J y Payne, T. (2018). El cerebro afirmativo. España, Barcelona: Penguin Random House Group Editorial. 



2 comentarios:

  1. Me parece una temática muy apropiada e interesante para aprender sobre el manejo de las emociones y también de explicarles a los infantes. Sería también muy agradable conocer de algunas estrategias que se puedan hacer para motivar a que el niño logre esa autorregulación. Gracias.

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  2. Me parece una temática muy apropiada e interesante para aprender sobre el manejo de las emociones y también de explicarles a los infantes. Sería también muy agradable conocer de algunas estrategias que se puedan hacer para motivar a que el niño logre esa autorregulación. Gracias.

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