sábado, 19 de septiembre de 2020

Las oportunidades que se pierden en la primera infancia marcan su presente.

Las oportunidades que se pierden en la primera infancia marcan su presente.

Nahomy Solís Cruz


A lo largo de nuestra formación profesional se nos ha remarcado de manera reiterada la importancia de los primeros años de vida en los niños y niñas para el desarrollo, estableciendo las bases neuronales que determinaran los próximos hitos en el progreso.  Y es que como menciona el autor Arce (2015), las formas circunstanciales en que estas se den también impactarán al ser humano que está creciendo, todas las características, los cambios, el medio y las posibilidades que disfruten los infantes en su vida, antes de afectar su futuro les marcara el presente, en su personalidad, sus capacidades, habilidades, resolución de problemas, carácter, emociones y demás características, que a largo plazo llegarán a determinan la manera en que se desenvolverá en la sociedad en el presente y después.

En este sentido es que el texto invita a reflexionar, sobre las oportunidades perdidas en el desarrollo, haciendo referencia a las limitaciones que un cambio brusco en su entorno, un retraso, condiciones desfavorables o invisibilidad de sus necesidades podrían implicar a largo plazo en el pleno desenvolvimiento de los sujetos.

De aquí la relevancia de que las y los docentes conozcan las características contextuales y condiciones en las que se ha desarrollado cada uno de los niños y niñas, antes de su etapa escolar, las condiciones varían y de estas se parte nuestro trabajo para idear estrategias que permitan oportunidades equitativas para la población parvularia y brindar condiciones con el acompañamiento de hábitos, entornos estimulantes, valores y educación alrededor de ellos y de los partícipes a nivel micro y mesosistema que rodean al niño y niña.

 

Asimismo, los profesionales de todas las áreas que atiende a la infancia pueden acompañar los procesos de desarrollo, crianza y cuidados con orientaciones óptimas, pero esas orientaciones y servicios aún continúan sin llegar a toda la población adulta responsable, el desconocimiento de algunos padres o encargados condenan las posibilidades de niños y niñas.

En el punto final el autor recomienda la educación familiar integral como estrategia para mejor las oportunidades de los niños y niñas a un desenvolvimiento óptimo, el autor pone énfasis en los futuros padres y madres, y esta me parece la más valiosa estrategia, debido a que el respeto a la infancia inicia desde antes de la concepción, e involucra la toda la sociedad.

 Por ello es que nuestra formación trabaja con un circulo de comunicaciones que atañe a toda la población, desde hogar, instancia de salud e instituciones educativas, que busca sensibilizar acerca de las necesidades de esta población y cubrirlas de manera oportuna, pues habilitará las posibilidades favorables para continuar en sus siguientes años el ascenso en la escalera del desarrollo, por el hecho que son el presente y es el ahora lo que impactará su vida.

 

 

Arce, Melitón (2015). CRECIMIENTO Y DESARROLLO INFANTIL TEMPRANO. Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública, 32(3),574-578. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=363/36342789023  

 

1 comentario:

  1. Esto me recuerda al concepto erroneo de muchas personas, el hecho de que los niños y niñas son personas. No serán personas cuando sean adultos, ya lo son. Por lo tanto merecen que su niñez tenga todas la oportunidades para un desarrollo integral, no para el adulto que serán sino para el niño o niña que son.

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