Sylvia Castillo Cascante
La vida de las personas se encuentra en constante desarrollo y modificación, siempre con el fin de buscar el sentimiento de autorrealización, es decir, estar bien consigo mismo y con las personas que nos rodean. Para lograr llegar a este punto de autorrealización, se deben atender y solventar las necesidades que van surgiendo desde pequeños.
El psicólogo Abraham Maslow planteó una pirámide de necesidades para llegar a este punto, la cual contempla desde las necesidades básicas, amor, cariño, seguridad, autoestima, etc.
Esto quiere nos permite evidenciar lo fundamental que es solventar todas las necesidades que los infantes van presentando a lo largo de su vida. Más allá de las vitales como alimentación, sueño, higiene, las cuales son las que se les presta más atención, debemos ser conscientes de la importancia de ofrecerle a los niños y niñas un ambiente seguro y de confianza, donde se sienta a salvo y no amenazado o asustado, demostrarle amor y cariño cotidianamente, hacerle ver que es querido y apreciado por las personas que lo rodean. Además, brindarle las herramientas para que su autoestima crezca y se sienta respetado, todo con el fin de alcanzar el punto de autorrealización.
Para alcanzar esto, según Maslow, se debe permitir que el infante explore, juegue, aprenda, cree y descubra el mundo a su manera y su ritmo, en un espacio seguro y lleno de amor. Nosotras como docentes, debemos estar claras que tenemos incidencia en este proceso, y que desde nuestra labor cotidiana podemos contribuir para que logren la autorrealización.
Bibliografía:
Bilbao, A. (2019) El cerebro del niño explicado a los padres. Plataforma Editorial.

Me parece que la pirámide de Maslow evidencia muy bien las necesidades fundamentales de los niños y niñas. Siento que como docentes o quien quiera llegar a ser padre o madre debería de cuestionarse si puede y está dispuesto a satisfacer todas estas necesidades antes de trabajar con niños y niñas o de tener hijos, ya que ninguna de estas es negociable.
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