miércoles, 7 de octubre de 2020

Vínculos afectivos respetuosos

Milena Zamora Barquero


¿Qué son los vínculos afectivos? y ¿Por qué deben ser respetuosos?


Los vínculos afectivos son los lazos que llegamos a formar con los niños y las niñas. Para los padres y madres es un proceso emocional y hormonal tan natural, que ocurre incluso desde antes de que el bebé llegue al mundo.


Este concepto nace desde la teoría del Apego, de John Bowlby. Este psicoanalista plantea que el apego está profundamente arraigado en nuestra programación genética, y que depende fundamentalmente de la sensibilidad y capacidad de respuesta del adulto con respecto a las necesidades del bebé.


Entonces, si es un proceso que ocurre naturalmente, ¿cómo podemos hacer que sea respetuoso?


Los niños y las niñas, al igual que nosotros los adultos, son seres humanos que sienten y que además, constantemente recopilan información de su entorno con la que más adelante llegarán a formar sus concepciones del mundo. Si se vive bajo esta noción, podremos tomar más en cuenta sus sentimientos y sus necesidades a la hora de tomar decisiones o de realizar alguna acción que los involucre. De esta forma, para que este vínculo sea respetuoso, debemos aprender a comunicarnos desde temprana edad con el niño o la niña. Debemos pedirle permiso y/o explicarle lo que vamos a hacer.


Algunos ejemplos de esto serían:


  • Con permiso, te voy a cambiar tu pañal. Necesito hacer esto para limpiarte y que te sintás mejor y más cómodo.


  • ¿Podrías darme un abrazo? / ¿Te puedo dar un beso?


*En estas instancias, si el niño no quiere, no debemos forzarlo a que lo haga.


Como adultos no nos gustaría que alguien nos toque sin consentimiento, o que nos abracen y nos besen si no nos sentimos cómodos. Lo mismo pasa con un niño.


Los vínculos afectivos respetuosos nos sirven para enseñarles desde pequeños a tener esta autonomía y a entender que las personas que lo quieren lo tratan con respeto; también le estamos enseñando a hablar por sí mismo, a cuidar de su cuerpo y a que su opinión nos importa.


De esta forma el vínculo entre niño y adulto se fortalecerá y crecerá sabiendo que puede confiar en nosotros, que es una persona valiosa y con derecho a ser amada y escuchada.


3 comentarios:

  1. Me gustó mucho. A veces, a los niños se les considera seres sin voz, sin opiniones, gustos o intereses. Recuerdo que una profesora nos dijo que con los niños no debemos usar diminutivos para sus nombres y debo confesar que esa es una de mis debilidades. Durante mi práctica, se me salia el diminutivo sin pensarlo. Cuando me di cuenta, les pregunté a los niños si les gustaba o se sentian bien si les decia así. Me puse a pensar que si a mi no me gusta que digan mal mi nombre, ellos y ellas pueden sentirse igual.

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  2. Me gusta mucho esta publicación y me parece fundamental en cuanto promueve la validación de los niños y niñas como seres humanos con sentimientos y pensamientos propios, que necesitan y merecen respeto por parte de todos lo seres que los rodean. Un punto importante para llegar a esto y como bien lo menciona la compañera, es promover, desde la niñez temprana, la comunicación con ellos, pero una donde los niños y niñas además de escuchar y comprender, se sientan escuchados y atendidos.

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  3. Muy cierto lo que mencionás. A veces por las carreras del día a día somos súper irrespetuosos y hasta irresponsables con los niños y niñas. Les hacemos ir de un lugar a otro sin decirles, les quitamos y ponemos ropa o pañales a nuestro antojo, sin un "permiso" o sin comentarle lo que haremos. Nos enojamos, gritamos o los abrazamos de más, sin siquiera saber si quieren recibir este abrazo.
    Entonces debemos pensar: ¿tratariamos así a un adulto?, ¿nos gustaría esto para nosotros? Yo, respondería que no a estas preguntas, entonces reflexiono sobre la importancia de ese respeto a la niñez y me comprometo a tener relaciones afectivas más empáticas y respetuosas.

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