Valeria Cordero Herrera
Comúnmente desde la infancia nos enseñan que debemos ser personas fuertes y afrontar de forma positiva los momentos difíciles que experimentamos a lo largo de la vida. Pero, ¿será esta la manera correcta de educar emocionalmente a los menores? Personalmente creo que no lo es, ya que esta idea inicia a reprimir las emociones consideradas negativas como lo son el miedo, la tristeza, la ira y el asco; desde edades muy tempranas generando rechazo hacia las mismas, lo que puede ser perjudicial a largo plazo.
Para nadie es un secreto que actualmente muchísimos adultos experimentan problemas mentales y físicos relacionados con el mal manejo de dichas emociones, de modo que es fundamental ofrecer un abordaje desde la aceptación, el reconocimiento y el adecuado control de las mismas; para que así tanto los niños y las niñas como los adultos logren un buen manejo emocional que contribuya en una buena calidad de vida.
Les comparto un artículo muy interesante donde se trata esta temática y creo que todos desde el ámbito personal y profesional debemos analizar qué enfoque le estamos dando a este tema que es fundamental para poder vivir plenamente.
Bibliografía: Piqueras, J., Ramos, V., Martínez, A. & Oblitas, L. (2009). Emociones negativas y su impacto en la salud mental y física. Suma Psicológica, 16(2), 85-112. Recuperado de https://www.redalyc.org/pdf/1342/134213131007.pdf
Creo que más allá de catalogar las emociones como positivas o negativas debemos quitarles esas etiquetas.
ResponderEliminarLas emociones son eso: emociones, y es nuestro deber ayudar a los niños y niñas a reconocerlas y gestionarlas, pero principalmente a vivirlas.
Así como hay niños que no saben qué hacer con su frustración y tristeza y la convierten en golpes, maltrato, llanto incontrolable, hay quienes no saben qué hacer con la felicidad. Por esto, más allá de emociones positivas o negativas, deseables o no deseables, debemos tener en cuenta que necesitamos de todas ellas para vivir en armonía y balance. Claro, gestionándolas correctamente.